Quiero contarte una anécdota de algo que me ocurrió hace un par de días que me dejo mucho por analizar, y es que me di cuenta de que nosotros como personas amamos sentirnos especiales.
Como vendedores podemos (y debemos) usar esto a nuestro favor. ¿Sabes que es demasiado fácil hacer sentir especial a tu cliente? No necesitas los millones para invertir, basta con hacer pequeños gestos que demuestren tu interés hacia tu prospecto.
Te cuento la experiencia que tuve para que la tomes como ejemplo: Fui a comer con mi familia a un restaurant. Al llegar, nos atendió un mesero muy amable quien nos preguntó si teníamos reservación. No teníamos. Él me respondió que todas las mesas estaban ocupadas, pero que hablaría con su gerente para conseguirme una.
Después de un rato, regresó con una sonrisa en la cara y nos dijo muy alegre “Ya hablé con mi gerente y les conseguí esta mesa” Acto seguido nos encaminamos hacia ella.
Pase toda la tarde pensando porque se gestó tan simple me hizo sentir especial y diferente. Tal vez sea su estrategia. Tal vez así sea con todas las personas que llegan sin reservación. Pero si ese es su modo de vender, funciona. Por mi parte, se ganó una buena propina.
Después de comer y de regreso a casa, pensé, ¿cómo puedo aterrizar este aprendizaje a mi negocio o a los negocios de mis clientes?
Yo diría que puedes empezar enfocándote en un trato personalizado. Piénsalo: Nosotros odiamos que alguien llegue y nos venda un producto de primera mano. ¿Pero qué tal si haces del proceso de venta una experiencia agradable?
Ten un interés real por lo que él o ella te trata de explicar. Nos encanta que nos escuchen, entonces también presta atención a aquellas cosas que le gustan y que no tienen que ver con la compra/venta.
Recordé otra anécdota que le ocurrió a una amiga. Ella fue a una plaza comercial solo a ver y de repente llegó una persona demasiado amable a hacerle la plática, le preguntó por su piel y como es que la cuidaba. Resulta que era un vendedor de cosméticos con un precio muy elevado. Ella me comentó que la única razón por la que adquirió el producto fue por el trato amable y personalizado del vendedor.
Si tu negocio es físico, puedes guiarte de los siguientes pasos para empezar con esta estrategia:
- Acercamiento casual: Nunca vayas directo con el cliente tratando de venderle. Acércate de una manera amigable y poco invasiva.
- Desarrolla una necesidad: Demuéstrale al cliente porque necesita tu producto o servicio. Recuerda, sin ser invasivo.
- Demostración del producto: Si puedes darle alguna prueba de tu producto, no dudes en hacerlo.
- Hazlo sentir especial: Esta última parte es esencial. Hazle creer que le aplicarás algún descuento o beneficio especial solo por ser él o ella.
Ahorra que ya tienes las herramientas para implementar esta estrategia de venta, ¡corre a probarla y me cuentas el resultado! Recuerda que estoy en Facebook e Instagram como coachrafah. ¡Ánimo!
Rafa Herrera – @coachrafah
#ElViajedelasVentas